Carta a mi esposa

                Hoy te escribo estas líneas con el corazón no lleno de tristeza, sino lleno de gratitud, te dejo estas palabras no para entristecerte, sino para recordarte cuanto te quiero y lo agradecido que estoy por cada instante que compartimos, por el amor que construimos, por cada instante que me regalaste. Pero quiero que las guardes como un pedacito de mí que se queda contigo para siempre.

Desde que llegaste a mi vida, la llenaste de luz, fuiste mi compañera, mi refugio, mi risa en los días buenos y mi fuerza en los difíciles. Gracias por haber sido mi hogar, mi calma, mi refugio. Gracias por tus cuidados cuando estuve débil, por tu paciencia en los momentos difíciles y por nunca soltar mi mano, incluso cuando la vida nos puso cuesta arriba.

Aún puedo cerrar los ojos y verte llegar aquel día con tu conjunto blanco con azul, con esa sonrisa tímida que desde el primer momento me atrapo, recuerdo nuestras largas pláticas tomados de la mano, soñando con un futuro que, gracias a ti fue más hermoso de lo que imagine.

No olvido nuestras noches de risas tontas en la cocina, bailando sin música mientras preparábamos la cena, y como olvidar ese primer viaje a la playa donde, al ver el atardecer en tus ojos supe que eras --y siempre lo serás-- el amor de mi vida.

Gracias por ser mi compañera de vida, por estar a mi lado a cada paso, en cada lucha, en cada alegría. Pero sobre todo gracias por ser la madre maravillosa de nuestras dos hijas, nuestro mayor tesoro.

Nunca voy a olvidar el día que nos convertimos en padres. El miedo, la emoción, el temblor en mis manos cuando la tome por primera vez, y si, ahí estabas tú, dándome las fuerzas con solo una mirada. Y luego, cuando llego nuestra segunda hija sentí que el corazón se me aceleraba. Verlas crecer contigo ha sido el regalo más grande que la vida me dio.

Cada carcajada de ellas, cada Papá que salía de sus bocas, cada abrazo de familia en el sillón después de un largo día, son recuerdos que me llevo grabados con fuego en el alma.

No hay forma de medir todo lo que me diste, ni como tu presencia transformo mi existencia, no sé cómo agradecerte por todo lo que hiciste, por cada desvelo, por cada sacrificio, por cada gesto de amor, por vivir con el corazón por delante. Me voy en paz sabiendo que fui profundamente amado por ti, y eso es más de los que nunca imaginé. Me voy sabiendo que tú has sido el corazón de nuestro hogar y sé que seguirás siéndolo.

Quiero que sepas que en mi corazón no hay miedo, solo gratitud, gratitud por nuestras conversaciones, por tus abrazos que me curaban, por tu mirada que me decía todo sin mencionar una sola palabra. Me despido sabiendo que todo valió la pena a tu lado, que nuestra historia fue sincera, hermosa y real.

No me llores mucho, llora lo que necesites, pero después sigue, vive por los dos, ríe por los dos, sueña por los dos, sé que eres fuerte, y aunque a veces lo olvides sé que vas a seguir adelante con esa luz que brilla dentro de ti.

Te dejo todo mi corazón, llévalo contigo como un abrigo en los días fríos, si alguna vez me extrañas, cierra los ojos, respira profundo y ahí estaré, en el susurro del viento, en el calor del sol y en cada latido de tu pecho. Sé que este momento duele, y quisiera consolarte una vez más, pero quiero que sigas adelante, que vivas con la misma pasión que siempre has tenido, que sigas sonriendo con esa luz que desde el primer día me cautivo. Llévame contigo en tu corazón, en tus pasos. Yo voy a estar ahí, aunque no me veas, en cada rayo del sol que acaricie tu piel y en cada suspiro que des.

Solo te pido una cosa más:

------No olvides seguir soñando.

------Vuelve a reír.

------Vuelve a brillar.

------Llévame en tu corazón, pero no detengas tu camino.

Yo te voy a estar cuidando desde donde este, me voy orgulloso de la familia que construimos y del amor eterno que siempre nos unió.

Recuerda:

TE AMO MAS ALLA DEL TIEMPO Y LA DISTANCIA.

POR SIEMPRE TU TUYO.

MARCO