Carta a mis hijas

Mis niñas:

No hay palabras suficientes para expresar cuánto las amo. Cada uno de sus abrazos, de sus risas, de sus miradas, han sido el regalo más grande que la vida me dio.

Me despido, sí, pero no con tristeza, sino con gratitud por haber tenido el privilegio de ser su papá.

Quiero que sepan que, estén donde estén, y yo desde donde esté, siempre estaré con ustedes, en su corazón, en sus recuerdos, en su fuerza, porque ustedes son fuertes, valientes y llenas de luz, y esa luz, esa que llevan dentro, es la que siempre deben seguir.

No olviden nunca cuánto las amo.

Quiero decirles que la persona ruda y fuerte que tuvieron frente a ustedes siempre tuvo el corazón abierto para todos esos momentos que disfrutamos en familia. Se bien que siempre dudaron de lo cuanto las quería por el aspecto que representaba, pero solo les puedo decir, que siempre les di todo mi cariño, todo mi amor y sobre todo protección. Tal vez no fui el Padre perfecto que ustedes deseaban, pero a su lado aprendí muchas cosas y la más importante siempre fue darles los mejor de mí.

Por favor, cada paso que den en la vida, háganlo con amor, con respeto por ustedes mismas y por los demás, con la cabeza en alto y el corazón abierto. No teman equivocarse, porque los errores también enseñan, y nunca duden de que son capaces de lograr todo lo que se propongan.

Sean siempre buenas entre ustedes, cuídense mutuamente, y mantengan ese lazo que solo las hermanas pueden tener, yo estaré acompañándolas siempre, en cada sonrisa, en cada sueño, en cada mañana que despierten.

Con todo mi amor, por siempre y para siempre.

Su papá

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar